Cuando se ha dedicado muchos años al estudio del piano, bien como
profesional, bien como aficionado, uno lamenta haber perdido el nivel que
tenía. Muchas personas me han preguntado qué habría que hacer para retomar el
piano y, por ello, empiezo una serie de posts
sobre «cómo recuperar el piano perdido», es decir, cómo volver a retomar el
estudio del piano y cómo ir recuperando el nivel que uno tenía… incluso cómo
aumentarlo.
Creo que hay que avanzar
en diversos frentes al mismo tiempo, y eso iré explicando. En primer lugar,
creo que hay que pensar cómo se siente uno capaz de retomar el estudio, qué tiempo
podremos dedicar no solo por las obligaciones que cada uno tenga, sino cuánto
tiempo resistirá estudiando. Para ello, creo que lo más importante es elegir un
programa que apetezca y que no «asuste», que no sea demasiado complicado,
inabordable.
Tal vez es esencial escoger obras que puedan
aportarte algo a nivel emocional y que no sean simples piezas para recuperar el
nivel o el gusto por el estudio. ¿Qué te apetece tocar? ¿Con qué te sentirás a
gusto cuando estudies media hora al día, o dos horas…? Es posible elegir una
única obra, pero la idea de trabajar diferentes piezas y estilos siempre ha
tenido una gran lógica: los problemas pianísticos se multiplican y, con ellos,
las posibilidades de expresividad. Pero, a diferencia de cuando uno prepara un
examen o está en el circuito profesional o aficionado, el programa no tiene por
qué seguir la regla de los tres estilos (clásico, romántico, moderno). Puedes
elegir uno o dos.
A esos tres pilares siempre se han añadido
estudios y obras polifónicas, porque en los unos y las otras se adquiere una
indiscutible destreza. Sin embargo, no estoy segura de que si se intenta recuperar
el gusto por pasar tiempo al piano con estudios, sean de Bertini o Chopin, de
Czerny o Rachmaninof (según los niveles), no se incremente la sensación de
pánico, de que uno no podrá con ello. Justamente porque estas obras son
especialmente exigentes a nivel técnico, en ellas notaremos mucho lo que hemos
perdido. Yo las dejaría para una segunda tanda.
Resumiendo: elegir
entre una y tres obras, de nivel inferior al que uno tuvo en el último momento
en que estudiaba regularmente. Elegirlas con el corazón. En un primer momento
se trata de pasarlo bien, de recuperar ese amigo perdido, exigente pero fiel,
que era y siempre será el piano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario